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domingo, 13 de septiembre de 2009

...pero yo soy más rápido


Pues eso, en una variación del conocido chiste, el alemán me persigue... pero yo soy más rápido. Y es que eso de estudiar, así, a lo tradicional, con codos, mesa y quinqué... está muy pasado de moda en la era del Feisbuc. El problema es que eso de empollar es lo que mejor funciona, o mejor dicho, es un requisito casi imprescindible - previo y posterior- para que otras actividades más comunicativas y guays funcionen. Al hilo de esto os traigo el enlace de una lista de vocabulario muy, muy recomendable. El Goethe-Institut, que ultimamente no da gratis ni las gracias, nos pone a disposición - eso sí, bien escondida en su página web y como parte de los materiales ofrecidos  a inmigrantes en Alemania- , una lista de vocabulario con frases de ejemplo de un nivel B1-B2.  En realidad, la lista es un calco mínimamente actualizado del vocabulario necesario para conseguir el título Zdaf de las Volkshochschulen alemanas. Aquí podéis encontrar la misma lista como página web (html) y como archivo de word (rtf), que son formatos más manipulables.  Con un poco de imaginación se pueden hacer buenos ejercicios y actividades con las frases de ejemplo. Si a alguien se le ocurre algo interesante que hacer con la lista - aparte de estudiársela, claro- que lo diga.

dtz_Wortliste

1 comentario:

luisa dijo...

Muchas gracias Evaristo. Se me ocurren tres posibilidades así de pronto, aunque a lo mejor son muy obvias: 1. hacer un juego de tarjetas (eso es crea una tabla y copiar y pegar, pesado pero no muy complicado)Hay muchos juegos que se pueden hacer con las tarjetas después, además de repasar un montoncito cada x tiempo.
2. dramatizaciones. Esto es más complicado. Elegir cuatro o cinco palabras y crear un diálogo para que los alumnos lo dramaticen en el aula. Hace falta ingenio y más esfuerzo, pero los alumno se implican más y retienen siempre más de lo aprendido. Si los alumnos son muy espabilados se les puede pedir que creen ellos la trama del diálogo o que imaginen una historia empleando al menos una frase de cada tarjeta, para luego dramatizarla en clase. 3. Un debate o un diálogo. Esta sólo si hay muy buen rollo en el aula y en grupos de 5 o 6 mejor. Repartir varias tarjetas a los alumnos al azar y pedirles que creen un diálogo encadenado: un alumno una frase de las que tiene en un folio, el siguiente tiene que emplear otra de las suyas en respuesta a la anterior que puede tener más sentido o menos y así todos por turnos. Al final un alumno de cada grupo debe leer todo el diálogo. Cuanto más absurdo más divertido, como el teléfono roto (no se si has jugado alguna vez)